La escencia...

Consideramos al relato de una experiencia de pesca con mosca, como algo extremadamente sensorial. Desde lo visual y literario, cada salida de pesca se expresa libre de egoísmos, despojados de los espejismos de las recetas y con la permanente e inefable búsqueda de lo bueno, lo puro y perfecto.

Río Grande. El Río de la Luna.




San Luis... de verde manto. Perfume de mentas, hinojos y hierbas buenas. Con pinceles de cortaderas... la sierra pinta el cielo,  con manos de viento.


Las cosas aquí... pasan diferentes, distintas... a otra intensidad, otro pulsar. Cada lugar que he pescado, comprendí que vibra, se expresa de un modo distinto. Su elemental, su existencia,  es única e irrepetible. Los páramos andinos... salvajes y secos, confundidos con el soplar de la kena del viento y el brillo de la roca.  El litoral... enardecido de vida y terracotas, donde todo es ritmo y magnificencia.  La amada Patagonia, donde la fría roca cobija con mantos de agua, a las truchas mas bellas del planeta.  Donde cada reflejo de vida es apreciado tesoro que triunfa de la blanca muerte del invierno. La sierras centrales donde duerme San Luis, se expresan como un manto perfumado de aguas silentes, casi mudas. La vida aquí es poesía del saber. Ninguna trucha, es ingenua. Todas saben, ven y sienten. Su instinto de preservación desarrollado al máximo.

La causa determinante... la fluctuación descomunal de los flujos hidricos, que diezman y a la vez... renuevan los ciclos poblacionales. Estas truchas tienen un gran predador... su propio río.

Tan cerca de cualquier destino...partimos una madrugada. Como rutina de penitente, al cuerpo nervioso no lo acompaña la mente inundada de sueño, cansancio e ilusiones.

La luna  nos miraba el partir. Horas mas adelante el sol, abría el escenario de la sierra buena.
La tranquera de la estancia de Don Perez, nos daba fin al viaje. 

Hombre de pocos saludos... Don Perez, mirada baja y casi imperceptible; nos daba la bienvenida entre sus chapas, pollos y gallinas. 

Sebastian Pagano, Jorge Barranco y yo... nos adentrábamos en la preparación de la segunda etapa del llegar. Una caminata de una hora por los arroyos y hacia el río.  

Listas las mochilas y los chest, iniciamos la caminata. Era como abrir las primeras hojas de un libro. Libro de aromas, texturas, sonidos y vistas increíbles. Cada rincón era cobijo de una escena bella. 

Los minutos se hacían huellas, las huellas se hacían paisajes y los paisajes amigos. Caballos y vacas, nos flanqueaban el camino. La huella apenas lucida de los hermanos del río.

Langostas, escarabajos, hormigas, libélulas y sapos... la vida estallaba por doquier, y a nuestros pies.

La vista desde el alto nos prodigaba  un río esplendido. Con los extensos pooles de siempre. Los que desde arriba, nos mostraban las enormes truchas en su vientre de granito y arena.

Aquí... apostados como centinelas, preparamos nuestras lineas y tippets. Planteamos estrategias. Jorge no pescaría. Su pasión por las capturas visuales hoy... podía mas. 

Sebastián, provocado por la enorme cantidad de terrestres en el ambiente, tomaría la estrategia de pescar con secas. Alargando el leader... a unos 9 pies y llegando al limite de su vara. Personalmente... y advirtiendo la enorme cantidad de efemeras, opte tomar la estrategia de pescar con ninfas. Mi leader por consiguiente era mas corto y de fluoro carbón de 6 x. Separados por apenas unos metros... comenzábamos a pescar.


La estrategia planteada por Sebastian quien, a estas alturas conoce a la perfección estos ríos fue...  pescarlo, unos 300 metros río arriba para luego, bajar desde el punto de partida... río abajo. Así lo hicimos. Pozo a pozo, flat, run... cada uno de nosotros, iba guiando al turno. Mi momento de trabajar un pozo exquisito, fue guiado por Sebastian. Agazapado al máximo, me aproximo a un gran roca de granito que me parapetaba y escondía de la vista del pez.  Al pozon... le entraba una corta corredera por la izquierda. 

Los ríos en San Luis se pescan río a través, es decir... tirar a la corriente en caja... con un mend  pro activo hacia arriba y , derivar la mosca unos segundos. Produciendo un drag.  Al tensarse la misma al final de la corredera o en la cola del pozo... detona el ataque de la trucha.

Así... agazapado hasta las mejillas, realizo este movimiento intentando que la trucha no me viera. Pasaron 3 intentos, cuando la gracia de la tensión, dio en mi tippet 6x.  Los brazos al cielo cambiaban mi ritmo cardíaco furiosamente. La trucha saltaba sin parar. Corría bajo el pozo, intentando buscar el refugio cortante de alguna roca. Pero esta vez... y solo esta, logre tomarla por asalto y llevarla a un lecho arenoso del río abajo. Así... mis manos la hicieron libre. Mi Pheasant Tail BH # 14... dormiría en mi patch de cordero.

Sebastian festejaba de pleno y su alegría, agigantaba mi ego... a falta de gramos en mi captura, de apenas unos 500 de carne y escama.

El cielo claro, apuñalaba con el sol y se coronaba a veces, con decenas de jotes, sobre nuestras cabezas. Concentrados en el ocultamiento, en la presentacion y en el sigilo... me encontraban doscientos metros río arriba, con una excelente Arco iris de aproximadamente 900 gramos. La corrida consecuentemente buscaba la corriente arriba y alguna roca cortante que la liberara. A segundos de la liberación, mostraba su quijada prominente de macho de unos dos años.

Ya convencido y complacido por las capturas, Sebastián me seguía de cerca con las suyas. Posicionado en un extenso rifle, lanzaba río a través. En la deriva, casi al final de la estructura... era premiado con una tomada excelente. Su Soft Hacke, sutil y delicada... fue tomada violentamente por 1000 gramos de pez. La batalla en la escasa profundidad del rifle, le hacia sacar el lomo completo de la corriente.

Las fotos de Jorge Barranco nos capturaban, y nunca nos devolvían. Jorge... pescador de recuerdos, capturador de instantes, quien a veces deja su vara y la transforma en maquina digital.


Las horas eran plenas y las barras energizantes fueron pocas.  El hambre ganaba y la tradición en nuestro grupo es la obligada paella en el río. Sebastian en los quehaceres, con sus minúsculos elementos técnicos culinarios, nos deleita con mariscos y arroz al mejor estilo valenciano. La vitamina B12 es importante en el proceso del metabolismo, cuando nos presentamos en los ambientes.

Una vez alimentado el cuerpo... la segunda etapa de la tarde mostró actividad escasa. Una serie de tres Arco Iris de mediano porte agraciaban la vara de Sebastian. Por mis pozos... una enorme trucha me arqueaba la vara, y me ganaba en la pulseada sutil... bajo el fijo cómplice de una roca. Se hacia libre y equilibraba el instinto. 

La búsqueda continuó... durante unas horas mas y al limite de la penumbra... y casi esquivos, emprendimos el retorno al puesto. 

Complacidos por las experiencias, felices por estar ahí... a tal punto que los kilómetros, las subidas y bajadas, las resbalosas pajas bravas, no nos diezmaban ni callaban el dialogo. La luz... la brillante luz de la luna, me inspiraba el pecho para silbar una zamba de Don Atahualpa. Un himno en notas de la felicidad. END



Autor: Jorge Aguilar Rech
Edición: Jorge Aguilar Rech
Fotografía: Jorge Barranco
Video: Jorge Aguilar Rech
Musicalizacion: Atahualpa Yupanki
BROWN TROUT ARGENTINA
Copyright 2011

1 comentario:

Unknown dijo...

Que lindos ambientes. Que lindo es pescar en los ríos de las sierras puntanas. Los felicito por el laburo que hacen, es muy logrado.
Cristian Gaetán