La escencia...

Consideramos al relato de una experiencia de pesca con mosca, como algo extremadamente sensorial. Desde lo visual y literario, cada salida de pesca se expresa libre de egoísmos, despojados de los espejismos de las recetas y con la permanente e inefable búsqueda de lo bueno, lo puro y perfecto.

Ninfeando Carpas en el Rio Quinto


El mejor mes de pesca con mosca en San Luis, llegaba a su fin, la temporada de pesca se daba por terminada con un tono gris de lluvia y bajas temperaturas.

Nuevamente viajaba a la provincia para revivir otros tiempos, disfrutar con mis amigos y terminar con esta excelente temporada de pesca antes del letargo, antes que las aguas de aquellos ríos sueñen en el frío invernal.

Los pronósticos no eran alentadores, sin embargo después de un mes y quince días sin desenvolver las líneas en el agua... mis ganas de pescar podían sobre cualquiera de las condiciones meteorológicas.

La mañana del sábado era por demás fría y húmeda y había perdido las esperanzas. Muchas opciones no quedaban, la casa o salir de turismo. A último momento nos decidimos por una opción un poco olvidada por los mosqueros, sobre todo los argentinos. La maravillosa y desafiante pesca de carpas... con pelos y plumas.

Muchas veces nos encerramos en el mundo salmónido sin pensar o tener en cuenta las variantes, una de ellas para mí, la carpa. Un pez que en esos ríos puntanos aletarga a un más todo el entorno. Su vista superior, la sensibilidad a las vibraciones, su oído interno, todo eso agudizado a niveles superiores sobre los agresivos salmónidos. Nos delata, nos deja siempre en jaque. Más de una vez me hacen sentir un mal pescador.

Esa tarde, arribábamos a la localidad de Saladillo a unos 60 km de la ciudad de San Luis, donde escurren las aguas del hermoso Río Quinto. La lluvia, nos daba un descanso y la roca humedecida nos adelantaba un río un poco crecido pero claro; y ahí estábamos... tres amigos compartiendo la tarde, a orillas del que alguna vez fue un río truchero por excelencia.

Gonzálo, Emiliano y yo, pescando carpas. Sin dudas... las que ganaron todos los nichos ecológicos de este río, sin dudas... las que se adaptaron a las nuevas condiciones, sin dudas ... un ser fuerte, capaz de soportar las irracionalidades humanas y políticas. Hoy no quiero decir lamentablemente nos toca pescar carpas. Porque... realmente, la pesca de carpas me parece un lujo que todo mosquero se debe dar. Quien dice que no pelean... por qué no saltan... lo invito a experimentar la sensación de sentir el estirando de su tippett hasta el límite de rotura. Quien dice que es un pez estúpido... quizás debería intentar, pescarlas con mosca.

Creo que los salmónidos son seres increíbles, agresivos, hermosos, admirables, pero si realmente fueran perfectos deberían ser horribles de gusto, de esa manera los pescarían menos, mucho menos, porque los que no pescan deportivamente no les interesaría de lo más mínimo pescarlos y matarlos y así proliferarían, perdurarían aún mas y las aguas tendrían grandes salmones, pero no es así. Las carpas por otro lado son peces casi perfectos para el pescador deportivo, son audaces y reúnen toda una serie de características que alteran el ritmo cardiaco del mosquero. Además son feas al gusto y nadie las quiere por eso y porque su fisonomía externa no es demasiado bella, pero no se dan cuenta que es un pez con un gran valor deportivo al que muchos la mayoría menosprecia.

Muchos insultan su presencia en ríos y lagos que antes eran trucheros, algo quizás entendible, pero no del todo, yo considero que si están allí es por algo y no debemos eliminarlos, quizás si cuidar su proliferación excesiva, creo que debemos aprovecharlos pescarlos en forma deportiva y respetarlos como cualquier ser vivo en este planeta, creo que debemos utilizar la astucia de estos peces para pescar truchas con maestría.

Esa tarde en el río, fue como otras…… de enseñanza, de placer, de teorías, de técnicas. Apenas recorrimos 500 metros aguas abajo del puente de Saladillo, cuando la noche daba su anuncio y el sol se ocultaba a mis espaldas logrando un mágico juego de brillos sobre el agua, el paisaje parecía encender por completo, ríos de lava, roca en tono incandescente que me trasladaba a sus orígenes en la profundidad de la corteza pétrea.


Y nosotros allí inmersos, en ese fuego incandescente de colores, entre la interacción roca- hidrosfera- atmosfera, entre los procesos, entre el tiempo y el río que escurre a través de él. Detener ese momento, mi caja de ninfas sobre la roca, mi visión túnel…..ancestral, me concentraba en esos peces, mi posición, oculto en lo alto, los ponía ahora a ellos en jaque, mi línea extendida en el aire los asustaba, en cuestión de segundos decido alargar el leader a 3 metros aproximadamente, y afinar mi tippett de 3Xa 4X aunque el tamaño de aquellos peces y un rápido cálculo matemático no me lo recomendaba. Después de varios intentos con ninfas, Prince, Pheasant Tail, decido por una Dragon en color verde amarillento, con toda seguridad coloco la mosca a menos de un metro de una de ellas en un solo cast con el mínimo movimiento de mi caña, oculto la línea sobre la roca, la mosca profundiza, el pez se acerca, solo semueven mi mano izquierda y el, suavemente imprimo movimiento lento sobre mi ninfa, finalmente el pez abre su boca, el tiempo se detiene, la respiración se acalambra junto con todo mi cuerpo, mi corazón se adelanta, todo mientras el cielo se enciende y la roca se encandece, en ese momento , justo en ese momento me levanto, levanto mi caña y clavo!!. Un segundo, un instante inolvidable, una sonrisa, y los próximos 7 minutos se traducen en fuerza bruta, hasta que se rinde, unas fotos para el recuerdo y finalmente vuelve al agua de donde pertenece.


En mi mente solo pensamientos, en mi corazón y alma gran satisfacción, en mis ojos las imágenes y los momentos, eso es lo que me hace feliz, por eso pesco y pescaré con mosca hasta que mi cuerpo no pueda mas, ese es el motor que me obliga a seguir, y cuando ya no pueda mas seguiré pescando en mis recuerdos desde el alma, seguiré pescando con mis fotos, soñaré el pescar, siempre disfrutaré el recordar estos momentos.

Pescar carpas es una paciente tarea, las carpas dan escuela al apresurado, las carpas enseñan comportamientos. Estos peces se ubican para mí en lo alto de la pirámide de dificultad, son peces fantásticos de los que soy solo… su alumno ingresante y son en mí pensar……. los peces del olvido.END



Autor: Sebastián Pagano.
F
otografía:Sebastián Pagano

Edición: Jorge Aguilar Rech.

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